Falsos mitos relacionados con la alimentación

La palabra mito se relaciona con cuentos, fábulas, personas o cosas a las que se asocian características y cualidades que no poseen. Estos mitos son verdades para los que creen en ellos, pero en realidad carecen de fundamento. En relación a los mitos alimentarios, nos alimentamos de ellos desde que somos pequeños a través de las personas que nos rodean (familia, amigos, vecinos, compañeros). Muchas veces tienen origen en publicaciones en distintos medios (revistas, televisión, Internet…). Todos comentan qué alimentos nos convienen o perjudican, las nuevas dietas… Estos mitos alimentarios no sólo tienden a confundirnos sino que pueden influir en nuestros hábitos alimentarios e incluso perjudicarnos.

1. El pan engorda. Como el resto de los farináceos (cereales, pastas…), el pan es rico en hidratos de carbono, el nutriente que necesitamos en mayor proporción. La composición del pan corriente es la misma por dentro que por fuera, por lo que para ingerir menos calorías se debe comer menos cantidad en vez de quitar una parte del pan (como la miga). Lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que le acompaña: mermeladas, mantequillas, salsas, embutidos… Lo que nos engorda es comer más de lo que gastamos. Por ello es importante acompañar la dieta con ejercicio físico.

2. La fruta de postre engorda. La fruta aporta las mismas calorías antes que después de las comidas; el orden en que se ingieren los alimentos durante el día no varía su aporte energético. La ventaja de comer la fruta antes de las comidas es que por su contenido en fibra y agua produce un efecto saciante. Una dieta equilibrada y variada debe incluir al menos 3 piezas de fruta al día por su gran aporte de vitaminas y minerales.

3. Necesitamos suplementos vitamínicos para estar bien. Generalmente, la cantidad de vitaminas y minerales que el cuerpo necesita es muy pequeña, por lo que una dieta variada y equilibrada la satisface. Tampoco es necesario ingerir suplementos vitamínicos cuando estamos acatarrados, cansados… Si no existe una deficiencia, tomar más vitaminas de las necesarias puede causar efectos negativos en la salud. Sólo se recomiendan los suplementos vitamínicos bajo control médico.

4. Beber agua durante las comidas engorda. El agua es un elemento acalórico: sus nutrientes no proporcionan energía. Así que no engorda, ni antes ni durante ni después de las comidas. Beber agua antes de las comidas puede producir sensación de saciedad, por lo que se recomienda en dietas de adelgazamiento. El agua tampoco quema calorías; o sea que beber más agua no adelgaza. La cantidad adecuada es entre 1,2 y 2 litros al día.

5. Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda. Las llamadas dietas disociadas consisten en no mezclar en la misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pasta, patatas, pan…) con alimentos proteicos (carne, pescado, huevos…). Se basan en que el aumento de peso responde a una mala digestión, producto de una mala combinación de alimentos. Estas dietas no tienen el menor fundamento científico, pues todos los alimentos son una mezcla de diversos nutrientes.

6. Lo light adelgaza. Un producto ‘ligth’ es aquel al que se le ha reducido o eliminado algún componente calórico y tiene menos calorías (el 30% menos como mínimo) que su versión normal. Deben leerse las etiquetas del producto ‘ligth’ y del normal para elegir el más adecuado a la necesidad de cada cual. Los alimentos ‘ligth’ pueden contribuir al seguimiento de una dieta en situaciones especiales, pero no olvidemos que, aunque menos, tienen calorías y por tanto no conviene abusar de ellos.

7. Lo integral adelgaza. Las harinas y cereales integrales tienen prácticamente las mismas calorías que los productos refinados, pero sí que tienen más fibra y minerales. La fibra tiene un poder saciante y ayuda a evitar comer más cantidad de otros alimentos. Se recomienda el consumo de alimentos integrales en la alimentación diaria, pero si se quiere controlar o perder peso, es importante su consumo, pues añade volumen de alimento, pero no calorías.

8. Las frutas ácidas adelgazan. Ningún alimento adelgaza. Para quemar la grasa es importante ingerir menos calorías de las que el cuerpo necesita y aumentar la práctica de ejercicio. De las 3 piezas de fruta recomendadas al día, una debería ser un cítrico.

9. Las monodietas adelgazan. Las monodietas consisten en comer durante un tiempo dado sólo un tipo de alimento; y su bajo contenido calórico puede originar pérdida de peso. Son dietas desequilibradas que no aportan la cantidad necesaria de macronutrientes, vitaminas y minerales, dietas monótonas y aburridas que además provocan una sensación de hambre agobiante. Además, al terminarlas se suele comer más que antes de empezarlas, lo que significa volver a ganar peso.

10. Los conservantes de latas y botes son cancerígenos. Sin los conservantes, la cadena alimenticia no sería tan segura como lo es. El que un conservante lleve la letra no significa que sea dañino, sino que está autorizado por no presentar riesgo.

11. Los alimentos ricos en hidratos de carbono están prohibidos para los diabéticos. Es necesario un equilibrio en la ingesta de carbohidratos, insulina y actividad física para lograr un control adecuado de los niveles de glucemia (azúcar en la sangre). En personas con diabetes no-insulinodependientes, el objetivo principal es la reducción de peso, ya que ayuda a mejorar la eficacia de la insulina. La mejora en los hábitos alimentarios y la actividad física ayudan a reducir la resistencia a la insulina y mejoran el control de la glucemia. El incremento de la ingesta de fibra es recomendable para las personas con diabetes y para toda la población en general.

12. Las vitaminas engordan. Las vitaminas no aportan energía y por tanto es imposible que engorden. La cantidad necesaria varía en cada persona, pues depende de varios factores: el sexo, la edad, el estado de salud… Una persona con una una alimentación variada y equilibrada cubre sus necesidades de vitaminas y minerales. Sólo en caso de enfermedad puede ser necesario el aporte especial de vitaminas.

13. Los alimentos con grasas vegetales son más sanos. Muchos productos dicen contener “grasas o aceites vegetales”, lo que muchos consumidores relacionan con beneficios para la salud. En la mayoría de los casos, en vez de aceite de oliva o de girasol, contienen grasas saturadas procedentes del aceite de coco y de palma, que son perjudiciales para la salud cardiovascular porque aumentan el colesterol sanguíneo. Las grasas insaturadas hacen lo contrario; están principalmente en los alimentos de origen vegetal, como el aceite de oliva y de semillas (girasol, maíz, soja), frutos secos y, como excepción, en los pescados azules. Pero estos aceites no son tan utilizados en la elaboración de productos de alimentación por su elevado precio.

14. Saltarse una comida adelgaza. Saltarse una comida es un mal hábito. Los especialistas aconsejan realizar 5 tomas diarias, lo que ayuda a no llegar con excesiva hambre y ansiedad a la siguiente. Por tanto: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Si se quiere perder peso, lo mejor es evitar los alimentos muy energéticos y reducir el tamaño de las raciones.

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