Consejos para cuidar la salud en los viajes, en especial a zonas de riesgo

Antes de salir de viaje, visita al médico de cabecera

antesdelviaje

Se aconseja la visita previa al médico de cabecera. En caso de padecer alguna enfermedad que requiera de algún medicamento específico, aparte de pasar la revisión oportuna, es recomendable que el médico extienda un informe sobre la misma y recete la medicación necesaria en cantidad suficiente para cubrir el período de tiempo que dure la estancia en el extranjero. Se deben programar con tiempo los aspectos sanitarios del viaje. Los viajeros deberán adquirir cierta familiaridad con el sistema de asistencia sanitaria del país de destino y conocer la cobertura de su seguro. Para recibir información al respecto, deben dirigirse a las Direcciones Provinciales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), donde se les indicarán los acuerdos que sobre prestaciones de asistencia sanitaria tiene establecidos el Estado español con otros países.

Edades de más riesgo

Cuando los viajeros sean ancianos o niños, son necesarias precauciones especiales, como son la protección contra el sol y el calor en países tropicales por el riesgo de insolaciones y deshidrataciones.

En los traslados o vuelos de larga duración, sobre todo en personas de edad avanzada, es conveniente hacer los ejercicios de movilización que el medio permita (cambios posturales, caminar hasta el servicio, etc.). Los niños se adaptan, en general, mejor que los adultos a los cambios horarios y de clima. Pero su resistencia a las enfermedades es menor. Un estado de deshidratación aguda puede provocar la muerte del niño en pocas horas.

Botiquín, cremas solares…

Siempre es útil llevar un desinfectante y material de cura de fácil aplicación. En ciertas zonas también son una necesidad básica las cremas solares, los repelentes de mosquitos, los medicamentos contra el paludismo y las sales de rehidratación oral. Los viajeros deben consultar al médico sobre si deben llevar consigo antibióticos o preparados antidiarreicos. Si se va a permanecer durante un largo período en zonas remotas, los viajeros deben consultar a alguna persona experta que pueda aconsejarles sobre el contenido de su botiquín. Si se preve que deba administrarse un medicamento inyectable, deben llevar jeringuillas y agujas desechables.

Vestuario aclimatado

Es muy importante elegir ropa y calzado adecuados. Los vestidos deberán ser de fibras naturales (algodón, lino, etc.), ligeros, no ajustados y de colores claros, siendo aconsejable cambiarse de ropa a menudo. El calzado será amplio y ventilado para evitar infecciones por hongos. Puede haber considerables diferencias entre las temperaturas diurnas y las nocturnas a cualquier altitud. En los locales climatizados y en los aviones la temperatura es fresca. El contraste entre temperaturas aumenta la predisposición a los resfriados, evitables con la ropa adecuada. Se aconseja sacudir las sábanas y mantas antes de acostarse, así como la ropa y el calzado antes de vestirse, por si algún insecto u otro animal se hubiera ocultado en ellos. En caso de ropa secada al aire, es conveniente plancharla con mucho calor. El calor y la humedad excesivos y los esfuerzos exagerados en esas condiciones pueden provocar desde agotamiento, pérdida de líquidos y sales minerales hasta un grave golpe de calor que haga necesaria una intervención médica de urgencia. En los casos de agotamiento se recomienda tomar té y bebidas ricas en sales minerales (zumos de frutas y legumbres, caldos de verduras, etc.). La exposición al sol puede provocar graves insolaciones y quemaduras, especialmente en personas de piel clara. El viajero debe adaptarse con una exposición progresiva, usar sombrero y gafas de sol y aplicarse cremas con filtro solar. Las personas con problemas alérgicos deben tener en cuenta la época estacional del país de destino y la posibilidad de que se produzca una crisis durante el viaje.

La comida

Hay que tener mucho cuidado con lo que se come en los viajes. La diarrea es la enfermedad más frecuente en los viajes internacionales. La mejor manera de prevenirla es seleccionar y preparar con cuidado los alimentos y bebidas que se van a tomar. El viajero no debería comer verduras crudas. Especial atención requieren también las ensaladas. Las hortalizas que se vayan a consumir en fresco se mantendrán media hora en agua tratada con hipoclorito sódico (lejía apta para el consumo humano, sin detergente ni perfumada) a razón de una o dos gotas por litro de agua. Las carnes y pescados deben consumirse suficientemente cocinados. Se desaconseja ingerir moluscos crudos (almejas, chirlas, berberechos, coquinas,etc.). En cuanto a la fruta, se recomienda consumirla exclusivamente pelada, o bien lavada con agua apta para el consumo humano y unas gotas de lejía. Hay que prestar especial atención también a la repostería y a los helados, por su fácil contaminación. No deben consumirse leche ni sus derivados sin higienizar.

El agua

Teniendo presente que el agua es un importante transmisor de enfermedades infecciosas, es recomendable beber sólo aquella que ofrezca suficientes garantías o agua embotellada que deberá ser abierta en presencia del cliente.

No admitir cubitos de hielo en las bebidas ya que pueden estar preparados con aguas contaminadas. Debido al clima que existe en los países tropicales, es aconsejable ingerir abundantes líquidos. Ofrecen mayor garantía y seguridad por su elaboración los refrescos y bebidas embotelladas y las bebidas calientes, té o café, por la temperatura a la que se someten. En el caso de aguas potencialmente peligrosas, éstas pueden ser tratadas de forma sencilla.

Tratamiento de agua potencialmente peligrosa

-Ebullición. Hervir y airear después durante 10 minutos para mejorar el sabor.

-Cloración: 2 gotas de lejía por litro; esperar 30 minutos antes de consumirla. La lejía (hipoclorito sódico puro) ha de ser sin detergente ni perfumada.

Alteraciones digestivas

Las modificaciones en las condiciones de la alimentación, los horarios, el hábitat, etc. durante el viaje pueden desencadenar alteraciones digestivas.

Diarrea del viajero

Se presenta con bastante frecuencia en los viajeros, sobre todo los que se dirigen a zonas subdesarrolladas. El origen suele ser la ingestión de alimentos en malas condiciones, por lo que la mejor profilaxis radica en un buen cuidado con los alimentos y las bebidas. El uso preventivo de antibióticos no está recomendado. Las personas con problemas de salud que los necesiten deberán tomarlos en las dosis y pautas de administración prescritas por su médico.

Estreñimiento

Se puede producir por transgresiones dietéticas y cambios en los hábitos alimenticios así como por la inmovilidad prolongada en los asientos de un vehículo.

Dolor de estómago

Suele estar producido, en personas susceptibles, por abusar de picantes, condimentos, bebidas alcohólicas o frutas ácidas. Basta a veces con restablecer el equilibrio alimentario con una dieta apropiada para resolver el problema.

Precaución con los baños en agua dulce

En los trópicos, los cursos de agua, canales, lagos, etc. pueden estar infectados por larvas que penetran en la piel y provocan enfermedades. Hay que evitar lavarse y bañarse en aguas que puedan estar contaminadas por excrementos humanos y animales, ya que pueden ser vías de transmisión de infecciones de ojos, oídos e intestinales. Sólo son seguras las piscinas con agua clorada.

Precaución con los baños en el mar

En principio, los baños en el mar no implican riesgos de enfermedades transmisibles. Sin embargo, es recomendable que el viajero se informe en el lugar sobre si está permitido bañarse y no supone un peligro para la salud. Las picaduras de medusa provocan fuertes dolores e irritaciones de la piel. En ciertas regiones los bañistas deben usar algún tipo de calzado que les proteja de las mordeduras y picaduras de los peces, contra la dermatitis por los corales y contra los crustáceos, mariscos y anémonas de mar tóxicos.

Cuidado con los animales

Es conveniente evitar el contacto con cualquier tipo de animales, incluídos los domésticos, ya que éstos pueden no estar controlados sanitariamente. En general, los animales tienden a evitar a los seres humanos, pero pueden llegar a atacar, sobre todo si es para proteger a sus crías. Como reflejo de defensa, las serpientes muerden y los escorpiones pican, especialmente de noche. El uso de calzado apropiado y sólido es muy importante para caminar de noche en zonas habitadas por serpientes. Es conveniente examinar el calzado y la ropa antes de ponérselos, sobre todo por la mañana, ya que las serpientes y los escorpiones tienden a resguardarse en ellos.

Enfermedades venéreas

Estas enfermedades, incluido el VIH-SIDA y la hepatitis B, han aumentado en los últimos años y existen prácticamente en todos los países del mundo. También conviene recordar que la transmisión de la mayor parte de estas infecciones no se produce tan sólo por contacto sexual. La madre infectada puede también contaminar a su hijo, durante el embarazo, el parto o después del nacimiento, y ciertas infecciones (en particular la del VIH-SIDA, la hepatitis B y la sífilis) pueden ser transmitidas asimismo por la sangre o hemoderivados contaminados y por el uso de agujas infectadas. Las medidas de prevención de las infecciones de transmisión sexual son las mismas en el extrajero que en el lugar de residencia. El contacto sexual múltiple o con personas que mantienen relaciones múltiples puede ser un peligro. En las relaciones sexuales el medio más eficaz de evitar la transmisión de estas enfermedades es el uso del preservativo. Si se desconoce el estado de la pareja, el hombre debe utilizar un preservativo en cada relación, de principio a fin de la misma, y la mujer debe asegurarse de que su compañero lo utiliza. Para evitar el contagio a través de la sangre nunca se deben compartir agujas, jeringuillas ni cualquier otro material que pueda estar contaminado (cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, utensilios para tatuajes o acupuntura, etc.). Es necesario tener en cuenta, asimismo que no existe peligro de transmisión de SIDA por el hecho de utilizar transportes públicos, por contactos a través de las manos, saludos, caricias, por el uso de baños públicos o utensilios de comida, y que esta enfermedad no se transmite a través de la picadura de mosquitos u otros insectos.

Al regresar a casa

Algunas enfermedades tropicales no se manifiestan inmediatamente, pudiendo presentarse bastante tiempo después del regreso. En caso de necesitar acudir al médico, deberá informársele de que ha realizado un viaje en los últimos 12 meses a una zona tropical o país en vías de desarrollo.

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