El insaciable afán de lucro de los bancos ha encontrado un filón en las comisiones

EKA/OCUV aplaude la prohibición de la ‘doble comisión’ por usar los cajeros y pide una regulación que fije topes legales para todas las comisiones bancarias.

El 18 de septiembre, EKA/OCUV publicó una nota en la que manifestaba su satisfacción por la decisión del Ministerio de Economía de prohibir la ‘doble comisión’ por usar los cajeros automáticos y pedía una regulación legal (que a día de hoy no existe) que establezca qué comisiones pueden cobrar los bancos y que ponga límites a todas y cada una de ellas. La “guerra de la doble comisión” de los cajeros automáticos ha evidenciado, una vez más, el insaciable afán de lucro de las entidades financieras, que han encontrado un filón en las comisiones, exprimiendo más que nunca a los usuarios, al tiempo que restringen cada vez más servicios básicos como el de caja, empujándonos a operar por Internet y en los cajeros automáticos.

La polémica de la ‘doble comisión’ de los cajeros automáticos arrancó con el anuncio de Caixabank, en primavera, de cobrar 2 euros a quienes sacaran dinero de sus cajeros sin ser clientes de dicha entidad. En verano, BBVA y Banco Santander anunciaron que también ellos empezarían a cobrar esa comisión en otoño.

El 17 de septiembre, otras ocho entidades financeras firmaron un pacto comprometiéndose a no cobrar esa comisión a los no clientes. Se trata de Kutxabank, Sabadell-Guipuzcoano, Abanca, Bankia, Ibercaja, BMN, Liberbank y Unicaja, que suman unos 18.000 cajeros automáticos, cerca del 40% de los existentes en el Estado español.

Pocas horas después, el Ministerio de Economía anunciaba que iba a prohibir la ‘doble comisión’ por el uso de los cajeros automáticos. La principal razón que esgrimía Economía es que no se puede exigir al usuario pagar dos veces por un único servico, una prohibición recogida expresamente en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (artículo 87.5, sobre las cláusulas abusivas y la falta de reciprocidad).

Y es que hay que recordar que esos 2 euros que estuvo cobrando durante unos meses Caixabank a los no clientes por usar sus cajeros se suman a las comisiones que los bancos emisores de las tarjetas cobran a sus clientes por sacar dinero en cajeros de otras entidades o de otras redes, en unos casos un fijo (1, 2, 3 euros…) y en otros, un porcentaje (que en ocasiones llega hasta el 5%) del dinero extraído.

Entre el anuncio de la prohibición y su concreción en una orden ministerial dos semanas más tarde, la gran banca adelantó que la solución, según publicaba el diario El Correo, pasaba por “aceptar la comisión que cobran las entidades propietarias de los cajeros, que son las que han realizado las inversiones en los terminales, y eliminar la que cobran las entidades emisoras de las tarjetas a sus propios clientes cuando sacan dinero del cajero de otra entidad”.

El BBVA, por ejemplo, anunció ya entonces el cambio de estrategia: no cobrar comisión a los no clientes que sacaran dinero de sus cajeros y eliminar la comisión a sus clientes que saquen dinero de cajeros de otras entidades que les impongan esacomisión. Finalmente, llegó la citada orden ministerial de prohibir la ‘doble comisión’, estableciendo además que el único que puede cobrar comisión es el banco propietario del cajero, por lo que el emisor de la tarjeta debe dejar de cobrar la suya. Eso sí, la orden ministerial no fijó ningún tope para la comisión permitida.

Triplicar beneficios y combatir la competencia de la banca online

Cobrar 2 euros a los no clientes por usar los cajeros iba a suponer para los grandes bancos nada menos que triplicar las tasas por el uso de los mismos, ya que la comisión habitual media es de 0,65 euros, y además combatir la dura competencia que les está haciendo la banca online, a la que podrían llegar a sacar del mercado. La banca online, representada en el Estado español principalmente por ING, EVO y Mediolanum, no dispone de cajeros automáticos propios, sino que sus clientes deben usar cajeros de otras entidades. Y esos clientes no pagan comisiones por esas operaciones, sino que las pagan los bancos online.

Si ING (que acumula 3,21 millones de clientes en España) EVO, Mediolanum y demás entidades financieras online tuvieran que pagar 2 euros en vez de 0,65 por cada operación de sus clientes en los cajeros, su margen de beneficio se vería severamente reducido, empezarían tal vez a cobrar esa comisión a sus clientes, perderían ese innegable atractivo… y quizá incluso se quedarían fuera del mercado, lo cual perjudicaría al consumidor al reducirse la competencia.

La banca siempre gana

Amparado en una legislación a su medida y muy laxa en muchos aspectos (no hay un tope legal para el interés de los préstamos, por ejemplo), el sistema financiero no deja de inventar productos y métodos para exprimir cada vez más a sus clientes y aumentar sus beneficios. Y cuando los resultados de alguno de sus numerosos frentes se resienten no tarda en apretar las tuercas por otra parte.

Vincular las hipotecas al Euríbor cuando este índice no dejaba de subir (convirtiendo en variable el interés de los préstamos hipotecarios, tradicionalmente fijo) fue una jugada maestra para maximizar sus ganancias con los préstamos para compra de vivienda. Cuando el Euríbor empezó a bajar, los bancos se inventaron las cláusulas suelo, que han sido tachadas de abusivas por el Tribunal Supremo tras largos años de empobrecer a millones de familias, contribuyendo decisivamente a que muchas de ellas incluso perdieran su vivienda.

Cada vez más comisiones gracias a un incomprensible vacío legal

Ahora que el precio oficial del dinero está en mínimos históricos y los préstamos no les rinden los enormes intereses de hace unos años, los bancos se han volcado en las comisiones, cada vez más comisiones de todo tipo y más caras.

Según diversos estudios publicados recientemente, en 2014 las comisiones bancarias se encarecieron una media de casi un 15%, suponiendo unos 170 euros anuales por usuario. Y este año, más todavía. Los resultados semestrales de las principales entidades financieras que operan en la Comunidad Autónoma Vasca revelan que sus ingresos por comisiones se dispararon de enero a junio: un 10,5% en el BBVA; un 10,4% en Caixabank; un 9,5% en Sabadell-Guipuzcoano; un 6,9% en Laboral Kutxa; un 6,5% en Kutxabank; un 5,7% en el Santander…

Esto es posible porque la ley permite a los bancos establecer, o mejor dicho imponer, las comisiones que quieran y como quieran. Sólo hay dos comisiones reguladas legalmente: las comisiones bancarias a los comercios por pagar con tarjeta y las comisiones máximas de los planes de pensiones.

Por todo ello, EKA/OCUV pide al Gobierno de Madrid que regule el sector, que elabore un reglamento, una normativa, que establezca qué comisiones pueden cobrar los bancos, y que ponga límites a todas y cada una de ellas, ya que esán suponiendo una enorme y creciente sangría para los usuarios.

Comisiones legales (a falta de regulación) e ilegales según los jueces

Algunos usuarios de los servicios bancarios, de la mano de los abogados de las organizaciones de consumidores, se animan a dar el paso de presentar demandas judiciales para reclamar los importes pagados por comisiones que consideran abusivas y desproporcionadas. Y en la mayoría de esos casos resulta que los jueces les dan la razón y anulan, efectivamente por abusivas, las cláusulas denunciadas, que paradógicamente son legales gracias a la falta de regulación. Al usuario que gana un juicio de este tipo el banco sentenciado le tiene que devolver el dinero cobrado indebidamente y no puede volver a aplicarle la comisión o comisiones denunciadas. Pero sólo a él. El banco seguirá exprimiendo a todos los demás clientes aplicándoles esas mismas comisiones que los jueces consideran abusivas y por tanto ilegales; ilegales para la Justicia pero legales para el sistema normativo que regula el mercado bancario y que depende de los legisladores, que de momento siguen sin dar ese paso necesario.

Los usuarios denuncian una atención cada vez peor y graves recortes en servicios básicos

Restricciones en el servicio de caja que nos empujan a Internet y a los cajeros

Las quejas de los usuarios de los servicios bancarios, que somos prácticamente todos los ciudadanos, se extienden también a la cada vez peor atención que prestan las entidades financieras y a los incomprensibles recortes en servicios básicos e históricos de la banca, como es el servicio de caja. Muchas entidades lo han restringido a un horario mínimo (dos horas e incluso una sola hora por las mañanas, y en algunos casos ni siquiera todos los días laborables), haciéndolo impracticable para un amplio sector de la población.

Y no sólo eso: algunos bancos han empezado a cobrar comisiones de hasta dos euros por hacer ingresos en cuentas ajenas, algo inaudito hasta hace poco y que tiene perplejos a los usuarios. Un simple ejemplo de la sangría que supone: miles y miles de familias tienen que pagar esa ‘mordida’ para ingresar en las cuentas de las AMPAs (Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos) el dinero de las actividades extraescolares.

Lo que pretenden los bancos con la reducción casi al mínimo de los servicios de caja es empujar a los usuarios a operar por Internet, lo cual es muy complicado e incluso imposible para ciertos sectores de la población, como las personas de edad avanzada o los habitantes de zonas rurales con mala conexión a la Red, y a realizar sus operaciones en los cajeros automáticos, muchos de ellos (comisiones aparte) ubicados en plena calle, de forma que el usuario tiene que andar sacando o metiendo dinero expuesto a las inclemencias del tiempo y rodeado de transeúntes y quizá con una cola de usuarios esperando turno a su espalda.

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