Desistimiento de contrato con signo editores

 

El 8 de abril publicábamos en esta página una nota de prensa titulada“Signo Editores, agresividad comercial a domicilio” en la que, entre otras cosas, explicábamos que los abogados de EKA/ACUV y la OMIC de Las Encartaciones han conseguido deshacer algunos de los contratos suscritos por consumidores (gente mayor en su mayoría) con dicha empresa de venta a domicilio que emplea técnicas de venta muy agresivas. A continuación explicamos uno de esos casos.

Tras la visita a su domicilio de comerciales de Signo Editores, J.M. S.L., un vecino de Galdakao firmó un contrato de compra de 10 tomos de tebeos de Mortadelo, una tablet Sansung Galaxy, un pedaleador marca Ifit, un ordenador portátil HP y un pack de tres almohadas Splendor por un total de 3.061,50 euros. A instancias de Signo Editores, pagó 106 euros en el momento de la firma y suscribió un préstamo con el banco Uno-e del grupo BBVA por el importe restante: 2.955,50 euros, cantidad que habría de pagar a Signo Editores en 38 recibos mensuales de 77,78 euros cada uno.

En cuanto llegan a su casa los productos, el galdakoztarra se arrepiente de la compra, pide “la renuncia total del pedido” (tal como él mismo lo explica”) y en principio le contestan que no es posible. Consigue hablar con un responsable de Signo Editores, “un gestor”, que queda en ir a su domicilio a tratar el tema y “buscar una solución”. Pero no se presenta. Todavía dentro del plazo de 14 días para ejercer el “derecho de desistimiento”, el cliente llama por teléfono a Signo Editores para deshacer el contrato y pedirles que pasen por su casa a retirar los productos y le devuelvan los 106 euros pagados en metálico. Pero Signo Editores no le coge el teléfono. Entonces, envía a la empresa un burofax con acuse de recibo (la vía más segura para el “desistimiento”) insistiendo en su petición.

Poco después se dirige al banco con quien suscribió el préstamo de casi 3.000 euros para pedir que se lo cancelen porque ha desistido del contrato con Signo Editores y Uno-e (BBVA) le confirma que ya está cancelado porque la empresa ya le ha comunicado la anulación del contrato. SignoEditores le devuelve los 106 euros adelantados y se lleva los tebeos, la tablet, el portatil, el pedaleador y las almohadas. Y asunto zanjado.

Este consumidor anduvo rápido y dio los pasos necesarios para deshacer el contrato con Signo Editores. Otros clientes de esa empresa también arrepentidos de sus compras no han sido tan diligentes (en general, porque desconocían el derecho al desistimiento) y su única posibilidad de anular sus contratos pasa por demandar judicialmente a la empresa y conseguir demostrar que firmaron bajo la presión y los engaños de los comerciales de la misma.

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